Nuestros socios escriben

Mi novia es una zombi, por Manuel J. Linares

Mi novia es una zombi —léase como si lo estuviera cantado Alaska—. Bueno, mi novia… y yo también. Al menos ese era el espíritu cuando nos animamos a participar en la Survival Zombi que se celebró en Valladolid el pasado 19 de mayo. A continuación os contaremos  nuestra experiencia.

Confesamos sin ápice de vergüenza que somos aficionados al género desde siempre. Desde los clásicos de Romero y películas serie B de los ochenta y noventa, hasta casi toda la inmensa oferta audiovisual que a lo largo de los últimos años ha proliferado a la sombra del fenómeno Walking DeadEl caso es que después de años de detallado estudio y análisis de la dinámica motriz del caminar zombi y de los aullidos/gruñidos básicos en el habla zombi, nos sentíamos más que preparados para experimentar por unas horas el día a día de un muerto viviente, con la ventaja que no nos tendríamos que morir ni apestar a carne podrida. No sería irreversible.

Empezaremos explicando brevemente de qué va el rollo de las survival. Hay dos opciones o bandos. Por un lado están los buenos, pañuelo verde, los supervivientes que básicamente se pasan toda la noche escapando de los zombies. Este grupo es mayoría. En la survival de Valladolid nos dijeron que se apuntaron más de quinientos. Algunos vinieron perfectamente pertrechados y ataviados como para una guerra de verdad. Se flipan un poco, pero en general es gente animosa y sana (totalmente prohibido el consumo de alcohol y/o drogas durante la survival, por cierto).

Luego está el otro lado del espejo. Si te animas a ser un muerto viviente puedes ser o bien zombi lento, pañuelo rojo, de los de las películas clásicas; o bien infectado, pañuelo amarillo o rosa, de los que corren que se las pelan como en algunas películas, también llamados «Zetas» —Soy leyenda, 28 días, etc—. Nosotros, por edad, peso y ganas no tuvimos dudas y nos decantamos por la opción clásica y socializadora, enrolándonos como zombis huevones en una horda. Desde el principio eramos bastantes menos, y eso que la inscripción era mucho más barata. Está claro que lo de ser de los malos mola menos…

En lo relativo al outfit, nosotros salimos de casa con los deberes hechos: disfrazados y maquillados para la ocasión. Como podréis imaginar no pasamos desapercibidos paseando por el centro de Valladolid a las ocho de la tarde, bien irreconocibles y asquerosos como mandan los cánones. Más de un par de niños con los que nos cruzamos se acojonaron… bastante.

Para los que querían algo más profesional o no les molaba el tema de automaquillarse, estaba disponible la opción de recurrir a los servicios de maquilladores profesionales. La verdad es que se lo curraron bastante bien: heridas lacerantes con latex, aerógrafo escupiendo sangre artificial, lentillas, etc. Hay que reconocer que los que más asustaban eran los actores zombies de la organización, con un vestuario y maquillaje totalmente profesional. Cuando te daban indicaciones y ordenes de aquella guisa asustaban y mucho.

La mecánica del juego es sencilla. Por un lado los supervivientes tienen que realizar una serie de pruebas por distintos puntos de la ciudad evitando ser comidos (básicamente tocados) por las hordas y/o los Zetas. El juego del pilla-pilla, pero en versión role play. Cuando un superviviente es cogido/comido, la horda se echa encima y se hace el paripé de que te lo estás comiendo. En ese momento la víctima puede elegir entre o bien abandonar el juego, o tomarse un antídoto (que previamente habrá pagado a la organización), o entregar su pañuelo verde, retornar a la base y volver al juego convertido en un zombi de provecho con su flamante pañuelo rojo.

Los momentos más espectaculares fueron el arranque del juego con la escena inicial de presentación en la plaza de Zorrilla, donde se reunieron inicialmente todos los supervivientes y en el que en un momento dado aparecimos hordas e infectados haciendo una escabechina, y la escena final en la playa de las Moreras donde de nuevo los zombis, ya mucho más numerosos, nos acabamos papeando al resto del personal.

Las pruebas tuvieron lugar en distintos escenarios del casco histórico de Valladolid, y en algunas de ellas los supervivientes tenían que entrar en escenarios totalmente a oscuras y llenos de zombis para completar distintas misiones. Todo el mundo sabía que aquello era teatro, pero más de uno se llevó algún buen susto.

Según la organización el grado de roleo de los que intervenimos fue bastante alto. Y es que mucha de la gracia esta ahí, en que la gente que participe se meta en su papel. Los supervivientes realmente evitaban por todos los medios dejarse comer (a veces un tanto impulsivamente) y los que eran pillados proferían convincentes alaridos mientras la horda procedía a devorarle. El grado de inmersión en los zombis también fue muy alto. A los pocos minutos de comenzar el juego te descubrías gruñendo y deambulando aunque no tuvieras ningún verde cerca. También a más de uno nos costó no echar a correr en cuanto teníamos carne fresca al alcance de nuestras garras. Hasta teníamos algunos niños zombi arrastrándose y gruñendo que daba gloria verlos. Acojonaban mucho.

En lo que respecta a nosotros, estuvimos toda la noche de la ceca a la meca por los distintos escenarios, exhibiendo nuestras mejores artes en andar zombi (tremendas agujetas al día siguiente, y eso que antes de empezar nos avisaron que fuéramos cambiando la rutina de ir arrastrando siempre la misma pierna) y emitiendo gruñidos lacerantes (día y medio de afonía).

Aparte de esto lo pasamos muy bien conociendo otra gente tan pirada aficionada como nosotros.

En definitiva, áltamente recomendable si te gusta el tema y te apetece pasar una noche diferente. Nosotros pensando en acudir pronto a nuestra siguiente survival, tal vez en algún sitio con calles estrechas y poco iluminadas, en las que seguro que se asusta más y mejor.

Para finalizar y como buenos frikis proselitistas que somos, algunas recomendaciones de series y pelis de género, por si os queréis poner al día y acompañarnos en la siguiente survival.

SERIES

  • Santa Clarita’s Diet #zombies#humor#american way of life
  • Dead Valley #zombies#humor#testimonial policiaca
  • Walking Dead, Fear the walking dead #zombies#dinámica grupos
  • Z Nation #zombies#humor#bizarro
  • Helix #infectados#entorno cerrado#conspiración
  • In the flesh #infectados#resinserción#ambiente british profundo
  • Izombie #infectados#humor#detectives 

PELÍCULAS

  • Juan de los muertos #zombies#humor#Cuba vs zombies imperialistas
  • Zombies Party #infectados#humor#hooligans vs zombies
  • 28 dias, 28 semanas #infectados#supervivencia#zetas londoner
  • Soy leyenda #infectados#gestion de soledad
  • El amanecer de los muertos#zombies#apocalipsis clásica#remake
  • La horda #infectados#apocalipsis francesa
  • Tren a Busan #infectados#apocalipsis coreana
  • Cargo #zombies#drama familiar #Maoríes vs zombies
  • Guerra mundial Z #infectados#apocalipsis global#mucho mejor el libro
  • Maggie #zombies#drama familiar
  • Extinction #zombies#drama familiar
  • Rec-Rec2-Rec3-Rec4 #infectados#apocalipsis cañí
  • Saga Resident Evil #infectados#estética videojuego
Anuncio publicitario

1 comentario en “Mi novia es una zombi, por Manuel J. Linares”

Los comentarios están cerrados.