«¡Malditos desagradecidos! ¿Qué se habrán creído?» murmuraba mientras descolgaba la última longaniza. Como era lógico había dejado para el final el chorizo, no quería que el resto de la chacina se impregnase del fuerte pimentón con el que había condimentado la carne. Apenas disponía de tiempo y no estaba dispuesto a desmontar la cortadora de fiambre para limpiarla entre corte y corte. Sigue leyendo «Cesta de Navidad, un relato de Yolanda Fernández Benito»