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T.D.R., un relato de Marco Granado

Era fácil identificar a los distintos grupos según cómo se acomodaban en las sillas. Aunque todes llevaban el pijama y las zapatillas blancas del uniforme y la corona de seguimiento con el piloto rojo encendido —un anacronismo inútil, pero que hacía bonito si se apagaban las luces—, las familias siempre se colocaban juntas, igual que les miembres de las congregaciones. Hombres, mujeres y niñes de diferentes edades, capturades durante una redada. Salteados, algunos individuos solitarios, como una chica en la primera fila, o el anciano de barba espesa y tirabuzones que le caían bajo la corona metálica, sentado al fondo para no dar la espalda a nadie. El T.D.R. desafiaba la creencia común de que las personas que padecen trastornos mentales graves niegan padecerlos, pero bajo él se camuflaban con frecuencia otras patologías. Sigue leyendo «T.D.R., un relato de Marco Granado»

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