Agenda

TERCYL: Ignotables cylconitas 2022

El día 15 de septiembre se abre el plazo para votar a las obras finalistas a los premios Ignotus, que otorga cada año la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror.  Esto premios se otorgan por votación popular, con lo cual representan las obras favoritas del público. Para poder votar es necesario estar inscrito en el censo o pertenecer bien a Pórtico, bien a alguna asociación afín como la nuestra. https://www.aefcft.com/premios-ignotus/

La entrega de premios se realiza en la cena de gala de la Hispacón, la convención anual que celebra Pórtico. Este año se realizará el 8 de octubre en Ferrol (La Coruña). Podéis consultar el programa e inscribiros en la web: http://aefcft.com/hispacon/2022

Allí estaremos una nutrida representación cylconita confiando traernos algún Ignotus a casa ya que este año tenemos un buen ramillete de finalistas par los cuales os pedimos el voto.

Para que conozcáis mejor sus obras, le dedicaremos nuestra tertulia mensual, que se celebra el día 25 de septiembre a las 12:00 horas y cuenta (si nada se tuerce a última hora) con todos los finalistas y la intervención de Laura S. Maquilón, parte del equipo de administración de los premios. Retransmitimos en directo a través de nuestro canal de Youtube. Aquí os dejamos el video:

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Cuenta la leyenda: el Tío Tragaldabas, por Yolanda Fernández

Con el final del verano y la llegada del mes de septiembre muchas localidades de nuestra comunidad se resisten a entrar de lleno en la rutina y, a modo de despedida, disfrutan de las últimas fiestas del verano dedicadas al Cristo, a la Virgen (eso sí, cada una la suya) o algún santo o santa. El caso es tener una excusa para festejar.

Aunque personalmente cada vez me gustan menos los barullos de gente y todo lo que conllevan las fiestas, será que me estoy volviendo una rancia, no me resisto a tirar de nostalgia y recordar con cariño las fiestas de mi ciudad, aquella semana en la que disfrutábamos de atracciones excepcionales que se nos negaban a diario. Sigue leyendo «Cuenta la leyenda: el Tío Tragaldabas, por Yolanda Fernández»

Autores Socios/as

Conoce a Isabel Pedrero, una entrevista de Jose Luis González

Isabel Pedrero nació como Isabel Rodríguez Fernández en un pueblo de la montaña leonesa, entre el frio y la nieve. De adolescente adoraba la literatura pulp de los 90 publicada en revistas impresas en papel barato (hecho con pulpa de papel). En esa época ya probó a escribir algunos relatos.

Hace unos pocos años retomó la afición por la escritura y desde entonces nos ha regalado más de treinta relatos en los que se aprecia un gran crecimiento como narradora, hasta el punto que el año pasado publicó su primera novela con Insomnia Ediciones, titulada Omega, que ha sido nominada como candidata a la mejor novela de autor español en los premios IGNOTUS junto a otras cinco novelas, lo que la coloca directamente en una de las seis mejores novelas del año, consideradas por votación popular entre los socios de la AEFCFT (Pórtico) y aficionados al género.

Pero además, en una ilusionante dupla, también ha quedado nominada al mejor relato, por Cinco mil dólares, publicado en la antología de Literentropia Cowboys & Dragons.

Antes ha publicado en varias antologías como, por ejemplo, la dedicada a H. G. Wells, A la Caza de lo Invisible (Insomnia Ediciones); Una última luna (Hela Ediciones), y en el Patreon de Ediciones El Transbordador. En sus escritos, la mayoría de ciencia ficción o fantasía oscura, hay algo de aquel estilo pulp tan característico. Ella misma lo dice: “Siempre he admirado la forma cruda y directa de la literatura Pulp, por lo que mis historias suelen huir de lo cotidiano y de los finales felices”

Isabel Pedrero es una mujer sonriente, positiva, un tanto despistada (lo dice ella, que conste), capaz de una literatura entretenida; a veces interrogativa, a veces, simplemente, chocante. Algunos de sus finales te dejan perplejo, otros son divertidos, otros lógicos, otros terribles, otros…. Es una escritora llena de vida. Vamos a entrevistarla con gran interés, seguros de descubrir a alguien capaz de ofrecernos muchos ratos de buena lectura.

ENTREVISTA

Redacción: «En primer lugar queremos preguntarte por esa fulgurante “reaparición” en el mundo de la literatura, tras tus pinitos juveniles. No es poco, en tres años, tener una producción como la tuya, y menos con esa calidad narrativa. ¿Por qué ese renacer a la literatura? ¿Aparte de disponer de tiempo para escribir, qué cosas, qué ideas quieres compartir con tus lectores? Y por qué te preocupan esas ideas…».

Isabel: «En realidad la escritura es algo que no te abandona nunca. A veces, como en mi caso, puede que se quede adormecida, latente hasta encontrar el momento de resurgir. Yo dejé de escribir de adolescente, cuando mis prioridades en la vida eran totalmente diferentes. Con el tiempo, mi vida se asentó y recordé las sensaciones que me devolvía escribir. Y todo fluyó. Sin más.

Nunca me he parado a pensar qué ideas quiero compartir con mis lectores y, tras darle muchas vueltas para responder a tu pregunta, creo que la respuesta es: ninguna. Con mis historias únicamente pretendo que se disfrute, lograr sumergirte en una historia y desconectar del mundo que nos rodea. Porque hay veces que no necesitamos aprender nada, sino que el simple hecho de olvidarnos de nuestros problemas por un rato es todo lo que pides. Y eso es lo que a mi me gustaría conseguir con lo que escribo».

R: «Conocidas tus primeras impresiones (y ambiciones) literarias, debemos hablar un poco de la estructura de tus relatos. Comentas en tu biografía esa influencia de la literatura PULP, pero para el conocimiento general ¿Qué es la literatura PULP, qué componentes la definieron y qué utilidad puede tener en estos momentos?»

I: «Yo conocí la literatura Pulp en los ’90. Eran revistas de muy mala calidad que, por norma general, eran gratis o costaban realmente poco (yo recuerdo cogerlas gratis en los bares de cerveza y rock). En ellas había relatos muy cortos, viñetas, ilustraciones… todo muy underground. Las historias que había en ellas eran totalmente diferentes a lo que podías encontrar en los libros: historias incorrectas, irreverentes y, en su gran mayoría, completamente freak. Eran relatos cortos que, en muy pocas líneas, conseguían intrigarte y descolocarte por completo, con giros finales imposibles o puntos de vista que nunca antes se habían pasado por mi cabeza. Estas historias me enseñaron que todo es posible y que todo puede funcionar. No hay que tener miedo a salirse de los márgenes. Ahí está lo divertido.

Sinceramente creo que la literatura actual ha bebido mucho de aquellos irreverentes que publicaban en este tipo de revistas. Se han perdido muchos corsets por el camino y eso siempre es bueno».

R: «Por otro lado, hay que tener unas ideas bien claras para hacernos lo que nos haces en prácticamente todos los relatos (y en la novela): Sorprendernos. No es fácil que historia tras historia seas capaz de voltearla al final, a veces con una simple frase. ¿Una entrena para eso?».

I: «Me encanta buscarle una nueva vuelta de tuerca a las cosas, me encanta jugar con lo predecible y encontrar esa pequeña esquina que descompone toda la imagen que habías formado en la cabeza. Cuando leo un libro o veo una película, siempre veo la evolución lógica de la historia y pienso ¿y si no fuera así? ¿Y si Cenicienta decidiera divorciarse del príncipe porque es un estirado al que no soporta? ¿Y si los vampiros no son humanos perfectamente bellos sino murciélagos gigantes? ¿Y si…? Esa es la clave, creo. El «Y si». Y no, eso no lo he entrenado, en realidad creo que es algo que funciona mal en mi cabeza, je, je».

R: «Sobre los relatos que componen tu bibliografía se ve muy clara la evolución, sobre todo de contenidos, que la prosa es buena desde el principio. Todo ese crecimiento, que te ha llevado a ser doblemente nominada para los premios Ignotus viene de ese espíritu que ya nos has contado arriba, claro. Pero ¿va a tener continuidad?¿La autora sigue teniendo dentro interrogantes para darnos en próximos relatos, en próximas novelas?»

I: «Efectivamente, hay mucha evolución. Porque siempre se ha dicho que a escribir se aprende escribiendo. Y yo no he parado. Creo que era Ray Bradbury el que decía que había que escribir un relato a la semana durante un año, asegurando que era materialmente imposible escribir 52 relatos malos. Esto es cierto. La propia práctica, el ensayo y error, hace que sea imposible. Y esto es lo que he hecho yo».

Sobre los proyectos futuros te diré que en mi cabeza siempre hay varias historias bullendo como locas. Quiero escribir tantas cosas que me falta tiempo material. Habrá continuación y habrá muchas mas historias. Ya están ahí, esperando a que me digne a sentarme frente al ordenador y dejarlas salir. Por suerte (o por desgracia, no lo sé bien) nunca me faltan las ideas, lo que me falta es el tiempo para poder hacerlas realidad».

R: «Una gran autora (Elia Barceló) distingue entre tres personalidades que componen la narrativa: El autor, que tiene dentro sentimientos, ideas, inquietudes y una cierta intención por compartirlas con los lectores; El Narrador, que es quien cuenta la historia y quien maneja las herramientas que trasmiten la idea del autor al lector; y el protagonista, que es quien vive la idea del autor a través de las herramientas del narrador. ¿Te atreves a hablarnos de cómo son tus narradores y tus personajes?»

I: «Esta es una pregunta muy difícil para mí porque me encanta jugar con narradores y protagonistas. Me encanta jugar, experimentar y probar cosas locas y diferentes (que no siempre funcionan). Sí puedo decir que mis protagonistas suelen huir de los estereotipos. Suelen ser personas de una edad más avanzada a lo que estamos acostumbrados, adoro a las señoras mayores que están hartas de la vida pero que son las mejores en lo suyo. Todos tienen sus problemas, sus manías y sus miedos y muchos son idiotas. No me gustan los héroes».

R: «Hablemos de las historias: Hay relatos con temas recurrentes. Madre y Bosque y vida son un ejemplo; hablan sobre la destrucción de la tierra. Hay relatos con escenarios diversos, el Oeste, el espacio, el pasado, la mitología…. ¿Varias los escenarios inspirada por lo que quieres contar, aunque la mitad de tus relatos podrían suceder en cualquier tiempo y lugar?».

I: «Siempre he dicho que no podría escribir novela histórica porque cometería todos los errores del mundo. Por eso mis escenarios nunca están ubicados en un punto concreto (ni de lugar ni de tiempo). Varío los escenarios según la historia que quiera contar, ajustándolo, adaptando el entorno a mis necesidades».

R: «No sé si nos habras hablado ya de esos finales (muy Pulp) fatales, finales con desenlaces casi pesimistas (no todos, claro) o trágicos. Si no ha surgido en las preguntas anteriores, este es el momento en el que puedes contarnos porqué. ¿Son una advertencia?».

I: «Soy fan de los finales pesimistas. O, por decirlo de otro modo, huyo de los «finales felices». No me los creo. Siempre hay algo que rompa la magia, porque la vida es así. Al príncipe le huelen los pies y el Bueno cabalga hacia el atardecer pero tiene que dormir a la intemperie en el suelo del desierto. Una vez alguien dijo que los finales felices solo son historias sin acabar. Mis finales no son una advertencia, solo son una mirada un poco más lejana en la historia».

R: «Dos nominaciones a los premios Ignotus: La novela Omega y el relato Cinco mil dólares (ver en la bibliografía). Son nominaciones por votación popular que, para una escritora con apenas tres años en el mercado editorial, se antojan ya como un reconocimiento importante. ¿Qué significa para ti ese reconocimiento, qué nuevos impulsos te proporciona, qué metas?»

I: «Esto es algo que realmente no me esperaba y que me emociona muchísimo. Este tipo de premios populares para mí son muy importantes porque, al final, lo que buscas es eso: llegar a la gente, y no puedo estar más agradecida por ello. Un reconocimiento así te impulsa a seguir adelante de una manera brutal y, al menos por un tiempo, esas dudas que todos tenemos sobre nuestros escritos parece que se diluyen aunque sea un poco».

R: «Y ya que hablamos de novelas, Omega es tu primera novela, escrita por capítulos con distintos protagonistas. Es dinámica, clara, sucede en un futuro que no se nos antojaría tan lejano (salvo por algunos componentes tecnológicos) y tiene dos finales, uno positivo y uno negativo. Una gran novela, debo decir, fresca, distinta a otras ficciones. Claramente es una novela cerrada, pero tienes una segunda novela, una segunda Omega que, esperamos, edites pronto. A priori, baste con saber qué ha pasado con esa corporación Omega después de la conclusión de esta novela, pero eso solo sería el escenario para nuevos protagonistas (o algunos conocidos) con nuevas historias. ¿Qué nuevas ideas nos vas a contar en ella? Motívanos. No nos cuentes argumentos, cuéntanos qué te impulsa a escribirla y que nuevos proyectos tienes en mente».

I: «El mayor impulso que tengo para escribir una segunda parte de Omega es que Omega no puede ganar, pero todos sabemos que no morirá sin pelear. A mi me gusta esa lucha, que todos sabemos que no será fácil, pero que es necesaria para mejorar el futuro. Soy de pueblo minero y estas cosas las llevo en la sangre».

R: «Nos queda otra cuestión, algo más distendida, para despedirnos y responder a la curiosidad con algún interrogante más. Se trata de tu firma, de la historia del nombre con el que firmas:  ¿Por qué Pedrero? ¿Nos cuentas un bonito y breve cuento que nos explique ese nombre?, Puedes usar la fantasía para narrarlo, por supuesto».

I: «Érase una vez una niña que pasaba los fines de semana (y fiestas de guardar) con su abuela… Hablando en serio, la historia del apellido es mucho más simple pero, para mí, tiene mucho significado: Pedrero es el apellido de mi abuela materna. A mí me parece un apellido precioso y me da una pena tremenda que se pierda. De este modo, mantengo el apellido y le hago un pequeño homenaje a mi abuela».

R: «Lamento mucho haberte hecho trabajar duro en este cuestionario. Te lo agradezco porque merecía la pena escuchar tus respuestas. Vamos a votarte con ilusión en esos premios Ignotus, creemos que te los mereces. Muchas gracias, una vez más».

BIBLIOGRAFIA  

La Gloria en la Batalla (2018) publicado en el nº 8 del Círculo de Lovecraft, con el seudónimo M. H. Heels.

La paciente de las 12 (2018) publicado en I Antología de relatos de terror de Castle Rock Asylum con el seudónimo M.H.Heels.

El Báculo de Ordan (2018) publicado en Antología Fieles con el seudónimo M. H. Heels.

Rumbo a Casa (2018) publicado en el nº 44 de la revista Penumbria con el seudónimo M. H. Heels.

Inmortales (2018) publicado en el nº7 de El callejón de las once esquinas. Para leer en Issuu.

Güela (2018) publicado en Mito-Logik, disponible en Lektu.

Vera Vitae (2018) presentado al concurso de Valencia Escribe, publicado en el nº 44 de la revista digital Lectura desde YUMPU optimizada para Tablet).

Los Hilos de la Realidad (2018) publicado en el nº 45 de Penumbria.

Del Color de la Sangre Seca (2018) publicado en la Antología de colores sin colores.

El Bosque de los Espejos (2018) publicado en la antología El Cuervo de un ojo y el Elfo.

Madre (2018) publicado en el nº8 de El callejón de las once esquinas.

Como una flor (2018) publicado en Tinta Púrpura Ediciones, en el blog, edición para móviles.

White Falls (2019) autopublicado en Lektu.

El Hombre Muerto (2019) publicado en el nº9 de El callejón de las once esquinas.

Bosque y Vida (2019) publicado en Una Última Luna, antología de Hela Ediciones.

La Casa de la Tormenta de Arena (2019) publicado en la antología A la Caza de lo Invisible de Insomnia Ediciones.

Catharis (2019) publicado en la II antología Caperucita Feroz de Apeiron Ediciones, siendo el ganador de esa convocatoria. Comparte antología con las cylconitas Alba G. Callejas y Peña Cid.

Zombie Universe (2019) publicado en la I antología Resurrection Party Day de la Revista Vaulderie.

Gris, como el cemento (2019) publicado en el nº10 de la revista El callejón de las once esquinas.

En una cajita (2019) publicado en la Antología del Rock Urmemetal (Antología en papel, hoy muy difícil de encontrar).

Mirror (2019) Autopublicado en Lektu.

Una promesa (2019) publicado en el nº11 de la revista El callejón de las once esquinas.

El Aleteo de la Mariposa (2019) publicado en el nº12 de la revista El callejón de las once esquinas.

La Bestia (2020) publicado en el nº3 de la revista digital Tentacle Pulp (solo suscriptores).

Kraken (2020) publicado en el nº1 de El Kraken Liberado.

Sombras (2020) publicado en la revista  Calabazas en el trastero: Conmemoraciones.

Combustible (2020) publicado en el nº 1 de la revista Exocerebros (en ISSUU).

OMEGA (2021) Novela editada por Insomnia Ediciones y nominada para el IGNOTUS a la mejor novela de 2021

Dèjá Vu (2021) publicado en el nº6 de Preternatural, Pulpture Ediciones

Cinco mil dólares (2021) publicado en el nº3 de la antología Literentropía:  Cowboys & Dragons y nominado para el IGNOTUS al mejor relato de 2021

Sombras del Ocaso (2021) publicado en la antología La Hermandad de la Noche

Tres Señales (2021) publicado en el nº4 de Literentropía: A la mierda el Edadismo

Blanco (2022) relato seleccionado para el Patreon de El Transbordador (es necesario ser patrono y solicitar el relato por mail)

Onna-bugeisha (2022) publicado en la antología Orgullo zombie III

Oración (2022) publicado en la antología EspiaDOS  (escrito a cuatro manos con Héctor A. Kaparos)

999 pedazos (2022) novela corta publicada en editorial Cerbero

 

 

 

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Top 9 lugares en los que NO quieres estudiar, un ranking de Kate Lynnon

¡Buenos días (o tardes o lo que sea) blogosfera! Los que ya lloran el fin de su libertad te saludan.

Pues sí, sí, emperatriz, ha llegado esa temible época del año: esa en la que las editoriales se empeñan en vendernos colecciones que jamás acabaremos y en la que empresas tan encantadoras como El Corte Inglés nos recuerdan amablemente que se ha terminado el verano. Por cierto, a mí también me gustaba más la versión recortada del anuncio de 2020, la que parecía un ahorcamiento.

Como no podía ser de otra manera, el Top 9 de septiembre va a tratar también de la vuelta al cole, pero lo vamos a hacer con nuestro característico giro hacia lo fantástico y extraño. Además, a mí me gusta dar una de cal y otra de arena, y como la entrada de agosto fue más fangirlosa, este mes toca hablar de cosas feas. Consideradlo una manera de animaros y deciros a vosotros mismos: «Bueno, me tocará volver al tajo/instituto/colegio, pero al menos no tengo que enfrentarme a las fuerzas del mal». O todo lo contrario. También podéis pensar: «¿No podrían venir unos cuantos seres tentaculares del Averno y devorar a todos mis compañeros?». Sea cual sea vuestro caso, ahí va mi particular selección de lugares en los que NO querríais estudiar bajo ningún concepto.

ATENCIÓN: Spoilers más gordos que la versión completa del Necronomicon.

9 Universidad Invisible (Mundodisco)

Esta la dejo en un puesto bajito porque no la conozco tanto y porque, en el fondo, es de las más inofensivas de este ranking. Al fin y al cabo, ¿quién no querría convertirse en mago?

La Universidad Invisible no es un lugar particularmente peligroso, pero tiene dos grandes problemas. En primer lugar, todos los magos del Mundodisco acaban bastante tronados de la cabeza. Y dicen las malas lenguas que son un poco inútiles, pero creo que más bien es porque nadie tiene muy claro exactamente a qué se dedican ni para qué sirve su magia. En segundo lugar, solo los hombres pueden estudiar allí. Que se sepa, la única excepción hasta la fecha ha sido Eskarina Smith; no ha habido otra mujer mago en la historia. Brujas han existido muchas, pero esas funcionan de otra manera.

¡Ah! Y por cierto: los magos tienen prohibidas las relaciones carnales. Al parecer, si un mago se reproduce, sus descendientes podrían ser demasiado poderosos, lo cual es una amenaza para la misma realidad.

De todas formas, si queréis saber más sobre la Universidad Invisible y todo el mundo que la rodea, lo mejor es que le preguntéis a Cándido, que es nuestro particular experto en Terry Pratchett.

8 Academia Blackwell (Life is Strange)

Si esto fuera un Top 9 generalista, iría catapultada a uno de los primeros puestos; no obstante, la principal amenaza que se oculta en esta escuela no es sobrenatural. De hecho, por desgracia, es muy real. Y eso es lo que la hace más escalofriante.

La Academia Blackwell de Arcadia Bay es el escenario en el que tienen lugar el videojuego Life is Strange y su precuela Life is Strange: Before the Storm. Se trata de un instituto de secundaria y bachillerato que pone bastante énfasis en actividades artísticas como la fotografía y el teatro y se mantiene gracias a las generosas donaciones de la familia Prescott. Hasta ahí todo más o menos normal, ¿no?

Pues si eres chica y estudias allí, amiga, estás jodida.

Jefferson, el típico profesor de Fotografía joven y molón que cae bien a los alumnos y con el que más de una alumna tiene sueños húmedos, tiene un fetiche muy inquietante: le gusta drogar a jóvenes, atarlas y hacerles fotos en ese estado para captar sus expresiones inocentes y vulnerables. En el «mejor» de los casos, la víctima sobrevive y no recuerda nada, pero mientras está bajo los efectos comete ciertos errores… con la mala suerte de que algún capullo está presente para grabarlos con su móvil y luego usarlos en su contra. En el peor, Jefferson y su compinche se pasan con la dosis y alguien acaba enterrada en el desguace cercano al instituto.

7 Crunchem Hall (Matilda)

De nuevo, aunque la obra en sí tenga elementos fantásticos, lo que hace que esta escuela de primaria ponga los pelos de punta es bastante real.

Lo más temible de Crunchem Hall —aparte del nombre, que es un juego de palabras con la frase crunch them all («aplástalos a todos»)—, con diferencia, es su directora: la señora Trunchbull. Además de tratar a sus alumnos como si estuvieran en una academia militar y humillarlos constantemente, si alguno de ellos tiene la osadía de llevarle la contraria, lo encierra en lo que se conoce popularmente como el asfixiadero. En realidad, es una especie de armario alto lleno de cristales, clavos y tachuelas oxidados, humedad y frío, pero solo con eso ya sería suficiente para llamar a los servicios sociales. Y luego a mí me protestan por obligar a alguien a limpiar una pintada. Y mejor que no hablemos del momento de la tarta. Todavía tengo traumita con el pobre Bruce.

De hecho, precisamente es la alumna con habilidades sobrenaturales la que le da su merecido. Matilda usa su telekinesia para hacer creer a Trunchbull que el fantasma de un antepasado suyo está embrujando el colegio y así logra espantarla y acabar con su reinado del terror.

6 Academia Lancaster (First Kill)

A partir de aquí, encontraréis un tropo que se repite mucho en la fantasía juvenil: las criaturas sobrenaturales (o a veces no tan sobrenaturales) sueltas por el instituto, sembrando el caos y cargándose algún que otro estudiante por el camino. Por supuesto, no sorprende que esas cosas ocurran en un universo en el que la magia está a la orden del día; lo que sí sorprende es que el centro en cuestión siga abierto después de un incidente así. ¿Después de que nos cerrasen medio curso con lo del COVID? ¡Que sé de padres que se han negado a llevar a sus retoños a clase porque no les gustaba que coincidieran con ciertos compañeros!

En ese sentido, hay que romper una lanza a favor de First Kill en lo que a realismo se refiere: hay un grupito de madres que forman una asociación y se dedican a tocar los cojones la moral a quien haga falta, sea la dirección, el ayuntamiento, la prensa local, etc. en cuanto se enteran de que vuelve a haber monstruos en la ciudad. Porque sí, al parecer en Savannah (Georgia) saben que los vampiros, licántropos y demás son reales y hasta han tenido experiencia con ellos.

En fin, resumiendo: no te gustaría estudiar en la Academia Lancaster porque en cualquier momento podría atacarte un zombi o algo por el estilo. Y si no, una de esas madres aprensivas podría empeñarse en que tú eres algún tipo de criatura sobrenatural y organizar una sentada en la puerta del instituto hasta que te expulsen.

5 Hogwarts (Harry Potter)

Sí, lo sé, vengo preparada para el hate. Pero antes de que me persigáis con horcas y antorchas, escuchadme.

Que sí, que lo de tener asignaturas Defensa contra las Artes Oscuras, Adivinación (¿qué? ¡Era mi favorita! Trelawney rules!) y Encantamientos es muy guay y que todos estamos muy decepcionados de no haber recibido la dichosa carta a los once años PERO, si lo pensamos fríamente… ¡ese puto colegio es una trampa mortal! Aún más que en el punto anterior, es un milagro que ninguna familia de magos llamase a los servicios sociales y les cerrasen el chiringuito. A lo mejor es que en el mundo mágico no tienen servicios sociales. O a lo mejor es que Dumbledore y compañía los tenían bien untados.

¿Quién no recuerda el famoso «¡Trooooool en las mazmorras!»? ¿O los múltiples ataques de dementores? Y la lista sigue: el basilisco, los duendecillos de Cornualles de Lockhart, el poltergeist que tienen de mascota, el sauce boxeador… Por no hablar de que algunos profesores ya de por sí son un peligro para el resto del mundo. O me diréis que tener que aguantar en clase a gente como Umbridge, los hermanos Carrow o el propio Snape no debería considerarse profesión de riesgo. Y todos queremos mucho a Hagrid y a Lupin, pero hay que reconocer que a veces son unos inconscientes. Encima, si intentas escapar del puñetero castillo, te espera un bosque LLENO DE PUTAS ARAÑAS GIGANTES.

¡Ah! Y si dejamos de lado todo lo fantástico, no olvidemos otra de las grandes constantes: el bullying. Sí, vale, eso lo hay en todos los institutos reales (y por desgracia no podemos lanzarles un buen Avada Kedavra a los perpetradores), pero en Hogwarts es como si estuviera bien visto y prácticamente fuera obligatorio que los Slytherin —y algún que otro profesor, cofSnapecofcof— participasen en ello.

Así que no, yo no querría ser alumna de Hogwarts. Si fuera bruja, pediría inmediatamente que me transfirieran a Beauxbatons o a cualquier otra escuela, que los británicos parece que no se lo montan muy bien. Pero no a Durmstrang, que tiene pinta de hacer mucho frío.

4 Sunnydale High (Buffy, cazavampiros)

No sé quién fue el genio que tuvo la idea de construir un instituto encima de la mismísima Boca del Infierno.

Toda la ciudad de Sunnydale es un imán para los demonios, vampiros, maldiciones y otras cosas divertidas, pero el instituto es que está justo encima del meollo. Y así les va: alumnas que se hacen invisibles y se dedican a atormentar a otros, demonios vengadores que se camuflan entre los estudiantes, posesiones, combustiones espontáneas, insectos gigantes que se hacen pasar por profesores, un trío de incels que se montan su propia liga del mal…

¿La única ventaja? Al menos los alumnos de Sunnydale tienen a la Elegida™ y a su mentor, que finge ser un inocente bibliotecario, para salvarles el trasero. Y perdonad que os diga, pero Buffy, Giles y el resto de los Scoobies son bastante más competentes que Harry, que si no fuera por Hermione no duraría ni dos capítulos.

3 Beacon Hills High (Teen Wolf)

Poco que añadir respecto al punto anterior. Quítale la Elegida™ y sustituye los vampiros por licántropos. Al fin y al cabo, Teen Wolf —me refiero a la más reciente, la serie de los 2000 que se toma demasiado en serio a sí misma— es una de las muchas hijas bastardas que le salieron a Buffy, así que comparte muchos elementos con ella: ciudad maldita, salseo adolescente, mezcla de mitologías y algún concepto de cosecha propia, facciones enfrentadas, cazadores de seres paranormales…

2 Riverdale High (Riverdale)

¿Obsesionada? ¿Yo? ¡Qué dices!

Vale, a lo mejor es eso lo que me ha hecho darle un puesto tan alto, ya que la mayoría de los peligros de Riverdale no tienen mucho que ver con el género. Bueno, pensándolo bien, los asesinos sin rostro típicos de los slasher todavía encajan dentro del terror, ¿no?

En fin, vamos a explicarnos. ¿Qué puede pasarte en Riverdale High? La respuesta es DE TODO. Desde que se queden sin presupuesto y Kevin Keller sea tu profesor de Música y también de Lengua, Geografía y Teatro porque es la única persona disponible (creedme, eso no es bueno) hasta que al Enmascarado le dé por pasarse por allí y cargarse a todos los que en su opinión son pecadores. O que una de tus compañeras en realidad esté reclutando miembros para una secta cuya verdadera función es robar órganos a sus acólitos. O que se te aparezca el Rey Gárgola.

Y si todo esto no os parece lo bastante sobrenatural, también pueden ocurrir cosas más divertidas, como encontrarte con tu doble de un universo paralelo. O acostarte en 2020 y despertarte en 1955. También hay gente con superpoderes, existen la Llorona y el mismísimo demonio, pero no sabemos cómo habrá afectado eso a los estudiantes del instituto porque en esta última temporada, que es en la que ha pasado todo lo fantástico, a los guionistas se les ha olvidado que tenían una escuela secundaria.

1 Academia de Artes Oscuras (Las escalofriantes aventuras de Sabrina)

Reconozco que solo he visto algunos capítulos de esta serie como preparación para esta entrada (las cosas que hago por amor… a esta asociación), pero creo que han sido suficientes. En primer lugar, tengo que decir… ¿cuál es el puto problema de esta gente?

Cuando te admiten a la Academia de las Artes Oscuras, tras haber firmado un libro en el que juras que entregas tu alma a Satán (sí, amigos míos, sí, en esta nueva versión somos todos satánicos), tienes que pasar por una serie de novatadas. Ellos los llamarán rituales de iniciación o algo así, yo que sé, lo he visto en inglés y el nombre original no tenía mucho sentido. Eso sí, no os imaginéis unas novatadas simpáticas e inofensivas como las que hacíamos en mi residencia de estudiantes, que como máximo te hacían pasar un poco de vergüenza. Joder, incluso las de los colegios mayores de monjas o curas, que suelen ser bastante turbias y llegan a atentar contra la integridad física y psicológica de las víctimas —por lo que oído implican cantidades peligrosas de alcohol y a veces gente encerrada en armarios durante horas— son una broma en comparación. Los novatos de la Academia de las Artes Oscuras tienen que aguantar tres noches de tormentos: la primera, en una celda oscura frecuentada por fantasmas; la segunda, al fresco con la vista fija en un árbol mientras escuchan a sus espaldas las voces de sus seres queridos suplicando ayuda y sin poder volverse; y la tercera deben sobrevivir a un ahorcamiento. Que sí, que serán brujas y todo lo que quieras, pero sigue siendo cruel.

Aparte de eso, también hay que tener en cuenta que la academia es bastante machista y heteronormativa. Solo los chicos pueden ser representantes de los alumnos —de hecho, en inglés este título se llama Top Boy—, y para obtener el cargo también hay que pasar unas pruebas… interesantes. Por otro lado, entre las tradiciones escolares también se encuentra Lupercalia. Casi prefiero los bailes de San Valentín de los institutos americanos normales, por muy innecesarios y humillantes que sean.

Empezamos con una especie de baile de las sillas musicales en el que los chicos se quedan sentados en círculo, mientras que las chicas tienen que «ofrecerse», es decir, bailar a su alrededor mientras cogen unas cintas atadas a un poste hasta que para la música y se sientan en el regazo del chico que tengan más cerca (¿veis lo que os decía de sexismo y heteronorma?). Ese es el chico con el que tendrán que pasar el resto del festival, lo cual consiste en: noche a la intemperie consumiendo afrodisíacos —aunque durante esta actividad no se recomienda pasar a mayores aún—, persecución por el bosque disfrazados y, para terminar, orgía. En teoría, no es obligatorio participar en la ceremonia, pero… ya sabéis, «todo el mundo lo hace» y esas cosas. Que sí, que hay que ser sex positive y todo lo que quieras, pero ¿qué pasa si no eres hetero, no te va ese rollo o te toca una pareja horrible?

Termino este Top 9 con un consejo para mis lectores. Después de ciertos patrones que he observado, si os queréis dedicar a las artes mágicas, por todos los demonios, aprended por vuestra cuenta o, como máximo, buscad un profesor particular. Las escuelas de hechicería son sitios horribles(*).

Saludos con muy pocas ganas de trabajar,

Vuestra Kate

(*) Menos el I.M.B.E.CyL. En el Instituto de Magia, Brujería y Encantamientos de Castilla y León os lo pasaréis muy bien. Tendréis compañeros de clase tontísimos, pero al menos no intentarán asesinaros constantemente.