—¡Joder! ¿Qué has hecho? —preguntó el más joven de los tres hombres que permanecían erguidos en la habitación.
—Pedazo salvaje, ¿cómo has podido hacer semejante barbaridad? —dijo otro de ellos, cuya boca y ojos rivalizaban por ver cuál podía abrirse más, mientras miraba al cuarto hombre—. ¿Aún está vivo?
—No seas estúpido, cómo va a estar vivo si este animal le ha partido el cuello de un estacazo —gritó el primero intentando que su compañero de juego dejase de decir tonterías. Le apreciaba, pero no soportaba aquellos comentarios que soltaba sin pensar y menos en la situación en la que se encontraban por culpa de aquel demente que tenía por primo.
—Digáis lo que digáis se lo tiene merecido. Artabán es, bueno era, un avaro y un tramposo —dijo el tercero en discordia que aún sujetaba fuertemente el cayado con el que había acabado con la vida del cuarto hombre. Sigue leyendo «Cuenta la leyenda: ¿Qué fue de Artabán?, por Yolanda Fernández»