Las palabras, los símbolos musicales, conforman un conjunto de signos que sólo pueden dar vueltas en círculo a cierta distancia de la realidad que tratan de describir. Cualquier lenguaje es un sistema organizado, y se basa en una estructura que lo hace manejable. Sin embargo, aunque el idioma que se me reveló a mi pesar aquel día era monstruosamente caótico, llegaba al centro exacto de lo que describía. Lucho a diario para no utilizarlo. Escribir sobre lo que pasó el día que conocí el caos me ayuda a no olvidar la vida tal como era, así que vuelvo a redactar el relato. Pero sé que sólo estoy retrasando lo inevitable. Sigue leyendo «La canción del caos, un relato de Antonio del Hoyo»