“No existe el lado oscuro de la luna. En realidad es toda oscura”. Eclipse (Roger Waters)
Sed sinceros. No os ha pasado nunca que iniciáis un proyecto nuevo, con una ilusión tremenda y comprometiéndoos con otras personas a cumplir unos objetivos y unos plazos, pero al poco de iniciar esa nueva andadura os decís ¿Por los cuernos de Balrog de Morgoth, en que berenjenales me meto?, ¿ahora cómo hago yo esto?
Pues ya veis, dos años después seguimos aquí con los deberes hechos, con la entrega mensual a tiempo y con el orgullo y felicidad que da el cumplir con los compromisos adquiridos con mis compañeros de CYLCON y con todos vosotros. Y como es nuestro cumpleaños qué mejor manera de celebrarlo que con todo un clásico, un grupo que algún compañero de la Asociación lleva pidiéndome desde el primer artículo.
Como dijo William Shatner (Capitán Kirk, Star Trek) “El Rock progresivo es la Ciencia-Ficción de la música” y una de las bandas más influyentes y exitosas en este género fueron los británicos Pink Floyd (1965-1995). Aunque ya eran mundialmente conocidos por sus trabajos anteriores, en especial Meddle (1971) y Obscured by Clouds (1972), fue en 1973 con The Dark Side Of The Moon cuando se volvieron imparables, y enormemente ricos. Hasta el jovencito ingeniero de sonido de ese disco, el londinense Alan Parsons, obtuvo una nominación a los Grammy por ese trabajo y fue el germen para iniciar su propia carrera como músico y productor. La portada de este disco es, quizás, la más icónica del grupo y de las más reconocibles del rock. En ella se ve el fenómeno de dispersión de la luz al atravesar un prisma. El diseño, en palabras de los miembros de Pink Floyd, representa la iluminación de los conciertos, las letras del álbum y el deseo de Richard Wright de crear una portada sencilla y pulcra.
The Dark Side of the Rainbow y The Dark Side of Oz son nombres que se usan para definir rumores que existen, al menos desde 1994, los cuales postulan que Dark Side of the Moon se hizo con la idea de servir como banda sonora de la película El Mago de Oz (1939). Quienes defienden esta idea dicen que poniendo la película y el álbum de forma simultánea puedes encontrar sincronías, como cuando Dorothy comienza a correr y la banda comienza a cantar «no one told you when to run» («nadie te dijo cuándo comenzar a correr»). Tanto David Gilmour como Nick Mason han negado la conexión entre las dos obras, mientras que Roger Waters ha descrito los rumores como «divertidos». Alan Parsons ha asegurado que la película ni siquiera llegó a mencionarse durante la producción del álbum. Pero sí es cierto que todos han reconocido sentirse fascinados por la película y que les gustan los géneros de ficción y fantasía.
Hoy escucharemos Money, el primer tema de la cara B del álbum. Probablemente otros habrían escogido otra canción ya que la letra nada tiene que ver con los temas habituales de esta sección. Algunos incluso otro álbum de esta banda, pero para un músico este tema posee una curiosidad embriagadora y es que es una de las dos únicas canciones compuestas en compás de 7/4, o compás amalgama, ya de por sí algo poco habitual, que lograron llegar al Top 20 de los Estados Unidos.
CYLCON 