Ilustraciones: Tomás Hijo. www.tomashijo.com
Edita: Museo Etnográfico de Zamora. https://museo-etnografico.com/
Como cierre a este mes que hemos dedicado a mitos y leyendas, ahí va una recomendación yo diría que imprescindible. Se me antoja casi obligatorio para cualquier fan de la literatura fantástica conocer el sustrato del que nacen todas esas obras que tanto nos gustan. A menudo estamos más familiarizados con los idearios fantásticos que hemos importado y no nos damos cuenta de cuántas y qué bellas historias tenemos aquí al lado. Pongámosle remedio, pardiez.
En este libro encontraremos algunas de estas historias, aunque tal vez no las más célebres. En el prólogo el autor explica que la selección está hecha más o menos al azar y que es consciente de que deja de lado algunas de las leyendas más conocidas, entre las que cita el lago de Sanabria, la Tarasca, las brujas de Barahona y la ondina del lago Carucedo.
Callejo, además, destaca el dato de que Castilla y León es «la comunidad más extensa de la península —94.000 km cuadrados— con el 60% del patrimonio cultural español, y la región del mundo con más enclaves declarados por la Unesco como patrimonio de la humanidad». Si ya he destacado la relevancia de los mitos en la construcción de la fantasía, no menos lo es un patrimonio cultural poblado de seres fantásticos como «zangarrones» y «colachos». La antropología y las tradiciones populares forman así también parte de este sustrato rico en elementos en el que hacer crecer una literatura fantástica que sentir un poco más nuestra.
Acompañados por las preciosas ilustraciones de Tomás Hijo, este volumen compila una treintena (más o menos) de relatos a lo largo y ancho de toda la comunidad.
De entre todas las criaturas mágicas y maravillosas confieso mi predilección por «la mora peinadora» ―la favorita también de mis sobrinas―. Esta «mora*» sale por la noche a peinarse con su peine de plata, y los hombres que beban de su fuente quedarán hechizados y serán conducidos al abismo.
Son habituales las historias de mujeres que viven en cuevas, fuentes o lagos. Son bellísimas, y a menudo custodian tesoros y conceden dones, pero, ¡ay!, como buenas criaturas de origen feérico, les gusta jugar con los humanos, ponerles pruebas y condiciones. Son traviesas y puede que hasta malvadas, porque si sus condiciones no son satisfechas no dudan en aplicar crueles castigos.
Llámese dama encantada, del lago o del agua, llámese ondina, está claro que hablamos de hadas, esa criaturilla elemental tan maltratada por Disney, a quien solemos atribuir «la edulcoración» de los cuentos infantiles clásicos cuando es inocente de ―casi― todos los cargos. No, no fue Disney quien edulcoró los cuentos clásicos, y lo puedo demostrar. Pero sí, Disney sí es quien ha convertido en el imaginario colectivo a las hadas en unos seres bondadosos y criaturas benefactoras. Nunca te lo perdonaré, Disney. ¡Nunca!
*Aclaración: tanto las «moras» castellanas como las «mouras» gallegas, mantiene Menéndez Pelayo que etimológicamente son de origen celta: «marha» o «mahr» y hacen referencia a espíritus. Esta etimología es posible que sea compartida también con la «mari» vasca. En todo caso, nada que ver con musulmanes, reconquista o Islam. Aunque sí abundan las leyendas sobre desdichadas parejas de enamorados obligados a huir de sus familias por sus diferencias de culto, en ellas el elemento fantástico no es «el moro» o «la mora» sino los pactos que alcanzan con diversas criaturas ―brujas, magos, o incluso el mismísimo demonio, afanoso constructor de puentes en toda nuestra geografía― para salirse con la suya. Normalmente con resultados no muy alentadores. Ya sabéis, niños y niñas: pactar con el demonio, no; mal; caca.
Antes de embalarme y estropear esta entrada divagando de todo y de nada, destacar la labor del Museo Etnográfico de Zamora y darle las gracias por ofrecer la descarga gratuita del PDF en su página web:
https://museo-etnografico.com/catalogos/MECyL2019_El_mundo_encantado_de_CyL.pdf
Aunque animo a comprar el libro: 15 euros es un precio más que ajustado para la calidad del formato, los materiales empleados y la ilustración a todo color. Es, en verdad, uno de esos libros que es un placer tener en papel y disfrutar hojeando y releyendo.
Un par de recomendaciones más antes de cerrar:
- Esto todavía no lo he leído. Es de muy reciente publicación; pero una cosa tan bonita no se me puede pasar por alto. https://www.editorialparamo.com/online-store/51-historias-sin-demostrar-y-tres-mentiras-probadas-p270741009
- El libro de Callejo adolece, tal vez, de que el sesgo que le tira al autor hacia lo fantástico le hace dejar un poco de lado los aspectos antropológicos y etnográficos. A veces me sabe a poco la imprecisión a la hora de citar los orígenes de las historias, aunque para mí es un divertimento de lo más placentero indagar por mi cuenta para ampliar información. En ese sentido encuentro muy interesantes los artículos de Ángel del Pozo para El norte de Castilla. Este, por ejemplo, en referencia a «la fiera de El Espinar»: https://www.elnortedecastilla.es/20081119/vida/busca-fiera-20081119.html
- De vuelta con la labor del museo, me temo que otra de las actividades que el modo pandemia se ha llevado por delante son estas jornadas sobre creencias mágicas, mito y superstición. https://museo-etnografico.com/actividad.php?id=1296&fecha=2020-2
Pero podemos ver los videos (y otros muchos muy interesantes) en su canal de Youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=Db_z10F6Uac
Sirva todo esto para acercarnos, sin miedo, a nuestros mitos y leyendas. Porque «al demonio deja de tenérsele miedo cuando le miras cara a cara» (pág. 48).
Hala, un montón más de cosas interesantes a las lista de «tengo que ver, tengo que leer» y todo por tu culpa. 😝
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me declaro culpable de todos los cargos. Soy reincidente, además. 🙂
Me gustaMe gusta