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Los cylconitas os deseamos feliz Día de los Videojuegos

Hoy, día 29 de agosto, se celebra el Día Internacional de los Videojuegos o también llamado el Día del Gamer. Ya sé que alguno estará pensando que lo que realmente se celebra hoy es el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares, correcto, pero parece ser que hay más eventos que días en el calendario. A otros se les habrá dibujado en la cara una sonrisa de medio lado de esas de “pobres, ni idea que tienen” mientras señalan en sus almanaques el 12 de septiembre. También correcto, y es que en USA van a su rollo y celebran las cosas cuando quieren.

Hablemos con propiedad y digamos que desde el año 2.008, todos los 29 de agosto, la comunidad hispanoparlante celebra el Día Internacional de los Videojuegos. Nos gustaría contar una historia épica, curiosa o divertida sobre el porqué de la elección de esa fecha, pero no la hay. Simplemente algunas de las principales revistas de videojuegos del mercado y parte de la industria de hace más de una década llegaron al acuerdo de que así fuera.

Pero no os preocupéis que si queréis emociones los cylconitas a consola abierta nos hablan de sus videojuegos preferidos o de aquellos que más les han marcado.

Kate Lynnon: «Puede que Los Sims sea el videojuego más caro del mundo, pero también es mi favorito, y sospecho que el de muchos otros escritores, pues más que un simulador social o simulador de vida, es otra forma de contar historias o de hacer realidad tus fantasías más locas. Empecé a jugar al primer volumen de todos con mis primos cuando no llegábamos ni a adolescentes y todo se limitaba a intentar que la casa que nos habíamos construido (pequeña, vacía y desangelada, pues no conocíamos aún los trucos para hacernos ricos de repente) no se incendiase o a ahogar personajes en nuestra piscina en días especialmente sádicos. Ahora, con esta cuarta entrega, he sido una mujer lobo, he cazado tesoros en los templos de Selvadorada, me he colado en el laboratorio de Strangerville para investigar por qué las calles están infestadas de gente poseída, he practicado exorcismos en las casas de mis vecinos, he montado mi propia tienda de pociones, he ganado carreras de caballos y hasta he hecho cosas cochinas con un fantasma. Y eso solo son las aventuras que he vivido sin añadir mods…».

Ana Saiz: «Durante el confinamiento de marzo de 2020, hubo dos cosas que mantuvieron mi ansiedad dentro de unos umbrales tolerables. Una fue escribir. La otra, pasarme uno detrás de otro y de forma compulsiva todos los juegos de Rusty Lake. Rusty Lake es un estudio indie neerlandés que ha creado su propio universo, del mismo nombre y con reminiscencias al cine de David Lynch, en el que sitúa todos sus videojuegos. Unos videojuegos de tipo point-and-click o escape room en los que tenemos que ir localizando objetos que, combinados entre ellos o con el mundo que nos rodea, nos ayudarán a resolver una misión, a la vez que vamos descubriendo una historia surrealista y bastante creepy sin llegar a ser un terror de los de dar miedo de verdad (o yo no habría podido jugarlos). Hay dos series principales, con dos hilos conductores distintos: Rusty Lake y Cube Escape. Todos son juegos cortos, que se pueden pasar en un par de horas, con puzles sin demasiada complicación pero en ocasiones bastante originales, y con unos gráficos estilo mano alzada que no sé si pueden definirse exactamente como bonitos, pero que te meten de lleno en este particular universo lleno de pasados enigmáticos y turbulentos, extrañas raíces familiares y huéspedes elegantes, caprichosos y muy peculiares».

Beatriz Alcaná: «No es mi favorito, pero creo que merece más reconocimiento, así que me decantaré por Vampyr, un videojuego que sacó en 2018 la misma desarrolladora que unos años antes nos había tocado la patata con Life is Strange. Vampyr nos mete en la piel y los colmillos de Jonathan Reid, un médico que regresa a Londres después de haber combatido en la Primera Guerra Mundial. Una vez en casa descubre que: a) la mal llamada Gripe Española está asolando la ciudad, y b) lo han convertido en vampiro. Vaya tomate, ¿no? Vampyr no es un Triple A, ni falta que hace. Los gráficos son más que decentes, la jugabilidad muy buena y la trama (aunque no demasiado original) engancha. Además, es una gozada recorrer el Londres de principios del siglo XX, sobre todo por el contraste entre los barrios pobres y los privilegiados. Lo mejor, como no podía ser de otra manera tratándose de un producto de Dontnod Entertainment, ir desgranando las pequeñas historias de todos los personajes secundarios con los que Jonathan Reid se va cruzando durante su aventura.

Disponible para  PlayStation 4, Xbox One y Microsoft Windows».

Alba G. Callejas: «Si quiero hacer un homenaje en el Día del Videojuego, es a World of Warcraft. ¡Todo un clásico!

No voy a ponerme sentimental y decir todo lo que ha significado para mí en sus casi veinte años de trayectoria de los cuales he jugado más de la mitad, pero sí destacar que es uno de los videojuegos más duraderos de los últimos tiempos y con una comunidad fiel que sigue acompañando a Blizzard en cada expansión de contenido que comparte.

Para quién no lo conozca, el Wow es un juego tipo MMORPG (Juego de rol online de mundo abierto, para los amigos). Un mundo de fantasía clásica con elfos y orcos, magos y paladines, dragones, banshees y demonios… Un lugar donde vivir aventuras de todo tipo encarnando la piel de un héroe y disfrutando de la compañía, tanto de tus amigos como de muchos otros jugadores en tiempo real.

Así dicho, resulta sencillo, pero es un juego con un lore complejísimo y que no hace más que crecer año tras año. El mundo de Warcraft ya no es sencillamente un videojuego, sino que podemos encontrar novelas que exploran a sus personajes y eventos históricos entretejiendo una maraña de tramas, planos existenciales y deidades que hacen la delicia de los fans.

Respecto a jugabilidad, lo cierto es que no ha cambiado mucho desde sus inicios en 2004, pero ni falta que le hace. El Wow es un juego para todo el mundo; ofrece desafíos a los jugadores más entregados, pero también es apto para quien prefiera ser más “casual” ¡Y es tan extenso que nunca te quedarás sin cosas que hacer!

Sin duda uno de mis favoritos y siempre lo recomendaré. Lok’tar ogar, amigos, ¡por la Horda!».

Marco Granado: «Como el tema de vídeo juegos me viene grande, le he pedido a Pablo, el experto familiar, que comentara uno y ha escogido Outer Wilds, de Steam (tienda online). En Outer Wilds, los jugadores exploran un sistema solar y desentrañan sus misterios. El juego presenta enigmas arqueológicos, físicos e incluso existenciales. Pero hay una constante: El conocimiento es el medio y la finalidad de Outer Wilds. La exploración es recompensada con información sobre el sistema solar, lo cual a su vez descubre nuevas maneras de explorar y crea más preguntas. Esto hace que Outer Wilds sea complicado de recomendar. Cuanto más revelamos en el afán de convencer al lector, más momentos de descubrimiento arrebatamos de su partida. Por eso, de Outer Wilds es necesario decir únicamente 3 cosas: que posee unas mecánicas simples y accesibles para la gran mayoría de jugadores; que se puede jugar en casi cualquier plataforma semi-moderna y que es un juego indispensable para amantes de la exploración espacial».

Jorge Pérez García: «No es mi juego favorito, aunque sí me atrevo a meterlo dentro de un top 10 en el que hay muchos quilates. Si lo escojo, es porque es el último desafío al que me he enfrentado y que me ha hecho sudar durante bastante tiempo. Estoy hablando de Bloodborne, un videojuego del estudio FromSoftware, creadores también de la famosa saga Souls. Como en estos, el nivel de dificultad es enorme y la propia muerte forma parte de ellos. Y es que, si te enfrentas a estos videojuegos, debes tener claro que vas a morir… muchas veces.

Bloodborne es un juego RPG de acción y terror con una ambientación gótica muy lovecraftiana, algo que se va haciendo más evidente conforme va avanzando la historia. Mezclando y confundiendo el sueño con la vigilia (y la muerte), nos metemos en la piel de un cazador cuyo objetivo es acabar con la plaga que asola la ciudad de Yharnam. Todo el recorrido está plagado de enemigos, algunos más fáciles que otros, pero incluso los más débiles pueden meternos en problemas, sobre todo si aparecen en grupo. Y los jefazos… Estos sí que te harán llorar.

Los escenarios, creados con gran detalle, resultan laberínticos a pesar de su sencillez, encontrándonos más de una vez con callejones sin salida a los que hay que llegar desde otra parte para abrir nuevos caminos.

Si te gustan los retos, en Bloodborne encontrarás uno que de verdad es auténtico desafío.

Por cierto, hay juegos de mesa, de cartas y novelas gráficas basadas en este videojuego».

David Linares: ¿Cómo pasé de apenas tocar consolas a empezar a estudiar la carrera de diseño de videojuegos? De pequeño no me interesé mucho por los videojuegos. Tenía en mi casa una DS y una Wii, donde jugaba sobre todo al Mario Kart y al Wii Sports. Sin embargo, empecé a investigar algunos juegos que tenían ambas consolas, como los Mario Galaxy o el Profesor Layton, pero hasta entonces solo los consideraba como juegos, entretenimiento. No fue hasta mediados de 2018 que un día, viendo al youtuber Fernanfloo, vi un vídeo suyo sobre el videojuego que cambió mi vida para siempre: Cuphead.

¿Qué hay que decir sobre Cuphead que no se haya dicho ya? En resumen, es una carta de amor a la animación de los años 30, los videojuegos retro, la música de los grandes del jazz… Empecé a investigar sobre el juego más y más, y aunque no llegué a probar el juego hasta 2020, me llevó a considerar al videojuego como una forma de arte. Cuphead es el juego que más horas le he echado (90 horas), uno de los pocos juegos que me he pasado al 300%, y aunque no lo considere como mi juego favorito, ha sido el más influyente.

En 2020, en plena pandemia, mis padres me invitaron a replantear qué quería estudiar, y descubrí que crear arte me llena, y quería que mi vocación fuese crear videojuegos, el arte que amo. Tras un arduo trabajo de tres años, me siento orgulloso de empezar esta nueva etapa de mi vida como aspirante a diseñador de videojuegos, creador de sensaciones».Yolanda Fernández: «La verdad es que mi relación con los videojuegos fue tardía, corta pero intensa. Durante una temporada estuve muy enganchada a juegos de aventura o tipo puzle, pero se vio abruptamente interrumpida por los pañales, biberones y demás maravillas de la maternidad que consume horas y energías, eso sí que es un gran Jefe. Ahora que ya me he liberado de todo eso, reconozco que me da pereza comenzar a jugar de nuevo y prefiero quedarme de espectadora.

De mis tiempos de jugona recuerdo con mucho cariño la saga de Resident Evil. Si es que lo tenía todo: virus, hordas de zombis, perros asesinos, casas y fabricas abandonadas. Supongo que un día de estos encenderé la Dreamcast y me volveré a enganchar, pero de momento puedo seguir disfrutar de las maldades de Umbrella Corporation y todas sus aberraciones con la saga de películas y series (unas más logradas que otras)».David Fernández: «Cuando decimos que ya lo hemos visto todo en los videojuegos, aparece ese que nos deja sin palabras y decimos “Pero ¡¡¡cómo pueden haber hecho algo así!!!”. Hablo de Blasphemous, un juego indie de tipo Metroidvania. Transcurre en el mundo de Cvstodia y tiene un héroe al que llaman El Penitente, que luchará por matar al milagro final. El juego está hecho por el estudio sevillano The Game Kitchen y tiene como peculiaridad estar ambientado en la Semana Santa sevillana. Escucharemos marchas procesionales con cornetas, pelearemos contra tronos y contra Niños Jesús que quieren desmembrarnos. Un auténtico portento plataformero de música, gráficos e historia con la dificultad justa, que hará las delicias de los amantes del género. Atentos, el dia 24 de agosto sale su segunda parte.Corría el año 1985 y una compañía llamada Durell Software sacaba al mercado un juego para 8 bits que haría las delicias de los niños de aquella época: Saboteur. El juego trataba de un ninja que tenía que irrumpir en un edificio de oficinas, robar un disquete (tecnología totalmente puntera para aquella época) y escapar en un helicóptero por la azotea. Para hacer esto, usaba todas sus técnicas de artes marciales, así como distintos elementos arrojadizos, como los shurikens, cuchillos o incluso ladrillos. Nuestros enemigos serán guardias de seguridad y perros y el nivel se irá complicando en las distintas partidas. En una época donde la eclosión de películas de ninjas del tipo El Ninja Americano y similares hacían las delicias de los niños, un juego como este fue una auténtica fantasía para todos los chavales de aquella época. Más adelante saldría una segunda parte cuya protagonista era femenina e incluso remakes actualizados. Actualmente se puede jugar en emuladores e incluso en algunas páginas de internet».

Manuel J. Linares: «Como ya no me prodigo mucho en la actualidad, voy a darme una ducha de nostalgia y rememorar uno de mis videojuegos favoritos. En 1984 el estudio Ultimate marcó un hito con el lanzamiento del juego Knight Lore para el ZX Spectrum, y a fe mía que mítico fue, o al menos ojiplático me dejó la primera vez que lo vi funcionar después de interminables minutos de carga, de chirridos y rayitas en aquel televisor portatil que se habia quedado en mi cuarto, aún no sé muy bien cómo.

La historia no parecía muy complejo. Un explorador tenía que recorrer un laberinto repleto de enemigos y peligros en una apremiante búsqueda de la poción que haría romper la maldición que le llevaba a tranformarse en lobo cada una de las 40 noches que duraba la partida. Pero… ¿dónde se había visto que en el Spectrum de 48K se pudiera jugar a un juego de plataformas con perspectiva en 3D?¿y con posiblidad de manipular todos los objetos?¿y que la metamorfosis explorador-lobo-explorador fuera absolutamente sublime? Pero, pero, pero…».

 

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