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Los TEBEOS que nuestr@s soci@s han LEÍDO en junio, recopilado por José Luis González

Los tebeos este mes han reportado poco material, pero no os desazonéis, el Páter os dará la brasa al final…

Marco Granado: «Siguiendo con mi política de aprovechar las oportunidades que ofrecen las bibliotecas, le ha tocado el turno al Drácula de Fernando Fernández, en la edición especial de Cartem (2021). Todo lo fiel a la novela original que puede ser un cómic de 100 páginas, esta megaobra fue publicada originariamente en la revista Creepy allá por 1982 (las escasas páginas eran, con diferencia, lo mejor de cada número). Pintado al óleo, al estilo que ya había usado un año antes Segrelles con su Mercenario (por cierto, ¿nadie se ha fijado en las similitudes entre este y el Mandaloriano? Pero ese es otro tema). Una obra inmensa, que ahora se puede apreciar en toda su grandeza en una edición cuidada, de gran tamaño y en papel de muy buena calidad. Una joya». Sigue leyendo «Los TEBEOS que nuestr@s soci@s han LEÍDO en junio, recopilado por José Luis González»

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Lo que nuestr@s soci@s han VISTO en junio, recopilado por José Luis González

Otra buena sopa de visionados; eso sí, fresquita como un gazpacho andaluz, tan apetecible en estas épocas de calor. No me cabe duda de que en esta lista encontraréis historias que os han de apasionar, además de haceros pasar el rato a la sombra de una sombrilla…

Alfredo Herrero: «Black Mirror T6 (Netflix) me duró exactamente lo que tardaron en sacarla. Tantos años sin noticias de esta serie mítica pusieron el listón muy alto… y reconozco que me pasó factura hasta que cambié el chip y me puse a disfrutarla. Han hecho un cambio de registro total añadiendo géneros fantásticos (cosa que me gusta) y cumple de sobra su función, entretener. Mi episodio favorito fue el último, luego diría que el tercero (aunque algunos agujeros de guion chirrían un poco) y el segundo. La recomiendo, pero eso, tiene el peso de la etiqueta Black Mirror y por eso ha generado tanta crítica.

Man from the Earth (Prime Video). Revisité este clásico de la ciencia ficción que, con un presupuesto paupérrimo, maneja buenas ideas. Plantea una reunión de amigos que se despiden donde, a partir de la confesión de un asistente, los planteamientos filosóficos salen a borbotones entre los invitados. Entretenida y curiosa».

Beatriz Mabbut: «Aprovechando que han estrenado en Prime el documental Exégesis Lovecraft, me he visto ese y también Lovecraft: Fear the Unknown. Recomiendo ver primero el segundo y luego el otro. Están los dos muy bien, pero Lovecraft: Fear the Unknown es más aproximativo mientras que Exégesis Lovecraft ahonda en cómo se enfrentan los fans actuales del escritor a sus aspectos más controvertidos. Luego he seguido en modo horror cósmico y, sin salir del catálogo de Prime, puse Color Out of Space (creo que el título no se tradujo). Seré generosa y diré que es flojilla. Pero eso siendo generosa.

Para terminar, le he hincado el tentáculo a una serie que tenía ahí en conserva desde hace tiempo y que no sé cómo no he visto antes porque es 100% mi mierda: humor mamarracho + fantasmas. Me he fulminado la primera temporada de Ghosts (versión británica) en una noche. Maravillosa. Me quiero casar con esta serie, en serio. Disponibles las cuatro temporadas en Movistar Plus».

Manuel Linares y Yolanda Fernández: «Como ya comentamos en el visto del mes pasado, no sabemos por qué extraña razón, no habíamos visto un zombi ni en pintura así que para quitar el mono, nos dimos un empacho de The Last of us (HBO). Sí, debíamos de ser de los únicos faltábamos por verla. ¡Qué maravilla de serie! Ahora entendemos muchos de los comentarios/spoiler que nos cominos en su día. En general, nos ha gustado mucho y en particular, destacar el capítulo tres, en el que queda claro que en medio del apocalipsis también se puede insertar una historia que te deje el corazón calentito.

Disfrutamos con los episodios de la miniserie Apagón (Movistar +), basada en el podcast El gran apagón. Si ya era muy recomendable el podcast, la serie no desmerece. A lo largo de cinco episodios, unos independientes y otros con algún nexo en común, vemos como gente de lo más normal se adapta o lucha por sobrevivir en una España sin luz. Lo más acongojante es que podemos vernos reflejados en cualquiera de los sufridos protagonistas.

Por último, hemos visto un par de temporadas de Penny Dreadful. ¡Qué batiburrillo de personajes! Y es que están todos. Entretenida de ver, pero después de temporada y media vamos a darnos un descanso, que ya no sabemos a qué tribu pertenece cada uno de los personajes.

Y otro mes que no hemos visto nada de la categoría de ¿qué necesidad? o ¿qué carajo estoy viendo? Pero no perdemos la esperanza. Queda mucho verano para enmendar ese error».

Jorge Pérez: «Con Scream VI, la última de la saga, disfrute como un enano esa nueva versión de Ghostface, mucho más salvaje, suelta por Nueva York. Para mi gusto evoluciona respecto a las anteriores películas, pero mantiene la esencia de siempre.

En The cursed, también conocida como Eight for silver (Ocho para plata), viajamos a finales del siglo XIX para encontrarnos con una bestia sanguinaria que siembra el caos y el terror en un pequeño pueblo y en la hacienda señorial cercana.

Dungeons & Dragons: honor entre ladrones es una de esas películas que se disfrutan porque no se toman demasiado en serio a sí mismas. No soy un gran jugador de rol pero sí he participado en unas cuantas partidas, y me atrevo a decir que la película tiene ese sabor a aventura alocada que he disfrutado alrededor de una mesa mientras lanzaba los dados.

Con Ant-Man y la Avispa: Quantumanía vuelvo al UCM. Para mi gusto es una historia menor, entretenida pero olvidable, aunque sí tiene algo que otorga importancia para lo que está por venir: nos presenta a Kang el Conquistador, llamado a ser el gran enemigo.

Tras un visionado a modo de recordatorio de Avatar, le llegó el turno a la primera de sus secuelas, Avatar: el sentido del agua. Igual de espectacular que su predecesora en cuanto a lo visual, la historia se me quedo un poco floja por su simpleza. Aun así, no deja de ser un buen entretenimiento.

Como complemento al leído, también he visto la película Carrie, la de 1976. Tan inquietante como el libro, las diferencias entre ambos medios no desmerecen la historia. Lo mejor, para mi gusto, la famosa escena del gimnasio con la pantalla dividida, que llegó a provocarme un escalofrío.

Entrando en el terreno de las series, Casa búho ha sido un gran descubrimiento. Esta animación en apariencia infantil también es apta y recomendable para los adultos, muy divertida y disfrutable (como ya dijo Kate en su entrega Top 9: obras que te harán feliz), además de meterse con grandes tópicos del género y con otras sagas (ejem, Harry Potter, no miro a nadie).

Retornando a épocas más antiguas, Gargoyles es esa serie en la que las gárgolas medievales cobran vida en las noches de Nueva York y se dedican a proteger y defender a la ciudad y sus habitantes. Un tanto oscura para tratarse de un producto Disney, la compañía se desmarcó en su momento de la serie, pero ahora ha recapacitado y la incluye en su catálogo de Disney+».

Kate Lynnon: «Pinocho (película, Netflix): Lo he hecho. Por fin he visto la versión de Guillermo del Toro. Y, aunque es mucho mejor que la de Disney (¡cualquiera de las dos!) y me encanta la stopmotion, sigo sin entender cómo pudo llevarse el Oscar en lugar de El último deseo. Bueno, lo entiendo, pero me fastidia: le das a la gente un dramón sobre la relación entre un padre y su hijo con referencias a la Segunda Guerra Mundial y lo malísimos que eran los fachas, y te llueven los pedrolos porque lo que has creado es súper profundo. Incluso están dispuestos a pasar por alto que sea musical (y que la mayoría de las canciones no sean para tirar tracas), que los pocos intentos de alivio cómico sean como si el robot depresivo de La guía del autoestopista galáctico intentase hacer un chiste y que el protagonista provoque instintos asesinos. Eso sí, la animación es preciosa.

Lluvia de albóndigas (película, Netflix): Todos los comentarios que había oído sobre ella eran muy positivos, pero hasta ahora es de las películas de animación que menos me han impactado. Es una historia de ciencia-ficción simpaticona y que toca algunos temas interesantes (bullying, explotación turística, sexismo en los medios de comunicación…) sobre un joven científico que inventa una máquina para transformar el agua en comida. La premisa es muy curiosa (¡y qué hambre da la cabrona!), pero le encuentro algunas lagunas y me ha resultado menos divertida que otras que he visto últimamente. Aun así, la prefiero antes que Pinocho.

Maya y los tres (miniserie, Netflix): Entré porque era de animación y por ciertas actrices de doblaje con las que tengo un fetiche importante, me quedé porque el primer capítulo tenía una premisa interesante (imaginad una aventura de Dungeons & Dragons ambientada en la Mesoamérica precolonial) y no me arrepentí en absoluto. Eso sí, me pasé los primeros riéndome y diciendo «Hmm, no sé por qué me resulta familiar»: tenemos una princesa guerrera que, como Elegida™, tiene que recorrer a lomos de su mascota llamada Chiapa un mundo basado en una cultura que —¡por fin!— no es la Europa medieval para encontrar otros tres guerreros (una arquera, un brujo y un bárbaro) y cumplir una profecía; hay un personaje anciano entrañable que da consejos tan sabios como crípticos; uno de los villanos, que se ve venir desde la primera escena en la que sale que va a cambiarse de bando y tiene una tensión sexual evidente con la protagonista, es un emo con un solo ojo cuyo nombre empieza por Z y va acompañado de otra villana poderosa, atractiva y un tanto psicópata. Si me conocéis, ya sabéis a lo que me refiero. También tengo que decir que me ha gustado mucho porque la mitología mesoamericana es algo nuevo para mí y, aunque la animación y algunos detalles resulten un tanto infantiles —hay tramas que se resuelven muy rápido, aunque eso puede deberse también a que son solo ocho capítulos de entre 30 y 45 minutos— o momentos de «¿Y de dónde ha sacado este personaje esa conclusión?», aplaudo que la serie no tenga ningún problema en matar a parte del elenco, mostrar dinámicas familiares muy peculiares y permitir que un personaje femenino sienta atracción por varios sin avergonzarse ni castigarla por ello.

Black Mirror (serie, Netflix): Ha salido la temporada 6, así que había que ponerse al día y, de paso, revisar algunos capítulos antiguos. Las malas lenguas decían que esta serie estaba perdiendo su garra, pero a mí, personalmente, me ha gustado. Parece que han vuelto a los orígenes de centrarse más en la crítica social que en la tecnología en sí, e incluso se han atrevido a hacer incursiones en otros géneros. Sin embargo, como los capítulos son siempre tan diversos, merecerían una entrada aparte, así que eso es más o menos lo que he hecho.

Lucifer (serie, Netflix): Después de desviarnos durante un tiempo con otras series que teníamos pendientes (algunas de ellas no de género), hemos vuelto con Lucifer para terminar las temporadas que nos quedan. Este mes hemos visto la cuarta entera y llevamos un par de capítulos de la quinta. Deshojamientos de margaritas aparte, sigue siendo una serie muy divertida, como una especie de Once Upon a Time edición bíblica, pero llevo unos cuantos episodios teniendo la sensación de que a partir de aquí los guionistas empezaron a salir con los de Riverdale y empezaron a lanzarse «no hay huevos» mutuamente. ¿Endogamia? ¿Capítulos que parodian la propia serie? ¿GEMELOS MALVADOS?».

¿Tengo razón, os apuntáis unos cuantos títulos para ver en este agosto caluroso? Nos vemos.

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Lo que nuestr@s soci@s han LEÍDO en junio, recopilado por José Luis González

El mes de junio, precursor de los calores, ha estado lleno de lecturas interesantes. Clásicos y actuales compiten para convenceros de sus bondades. Poca ciencia ficción, el resto se lo reparten las tendencias del momento: fantasía y terror. Que disfrutéis estos títulos:

Alfredo Herrero: «Mes suavecito en cuanto a género fantástico, menos mal que el club de lectura de Lola Mérida siempre nos da tarea. Esta vez leímos un clásico, Mercaderes del espacio, de Frederik Pohl y C. M. Kornbluth. Una aventura entretenida con grandes críticas al consumismo, a la publicidad y al capitalismo sin frenos.

Llevaba tiempo detrás de Los empleados, de Olga Ravn. Solo sabía que se trataba de una distopía y que era cortita. Aconsejo no leer la sinopsis porque destripa todo, y el fuerte de la obra reside en esa construcción que debes hacer a base de testimonios aleatorios y anónimos a unos empleados. Me ha parecido una vuelta de tuerca al sentido de la maravilla. Es de estas obras que según avanzas vas comprendiendo qué sucede, y cuando lo terminas, arrancas de nuevo para terminar de comprenderlo bien. Me temo que eso jugará en su contra». Sigue leyendo «Lo que nuestr@s soci@s han LEÍDO en junio, recopilado por José Luis González»

Nuestros socios escriben

Chupitos: El otro lado de la ventana, un relato de Yolanda Fernández Benito

Noche tras noche, permanezco en vela vigilando la ventana, esperando verle a través del cristal. Aunque soy consciente de que cuando las luces se apaguen y la casa quede en silencio emergerá de la oscuridad para martirizarme hasta el amanecer, soy incapaz de huir.

Durante horas, permanecerá inmóvil, pegado al cristal, taladrándome con su fría mirada. Su tenue sonrisa cargada de malicia me atrae y me repele a partes iguales. Él lo sabe y lo utiliza para castigarme. La ansiedad hace que mi cuerpo tiemble sin control. Sigue leyendo «Chupitos: El otro lado de la ventana, un relato de Yolanda Fernández Benito»

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Conoce a Cándido Pérez, una entrevista de José Luis González

BIOGRAFÍA

Nació en la ciudad Libre y Hanseática de Bremen (Alemania) el mismo día que el flautista regresó a Hamelín a cobrarse su venganza, pero 703 años después. Creció en Zamora, estudió en Salamanca y en Valladolid, donde reside en la actualidad. Es aquí, en la capital castellana, donde comenzó a trabajar en Ciencia como Técnico de Laboratorio en el Instituto de Biomedicina y Genética Molecular. Y en ello sigue, dando su sangre por la Ciencia.

Amante de la fantasía (especialmente de Pratchett), de las películas de dudosa calidad artística, de los juegos de mesa, del rol y del metal medieval alemán, forma parte también de la asociación de recreación histórica Nassratten. Como recreador, se ha vestido de lansquenete, juglar, soldado, vikingo o fraile en distintos puntos de la geografía castellanoleonesa y ha conseguido meter todos los trajes, armaduras y armas en su casa.

Pero a veces deja la pipeta y la espada y, si bien leer y escribir es una buena parte de su tiempo libre, se ha buscado otros entretenimientos como improvisar canciones con su laúd, usar un telar de tarjetas, coser gorritos históricos, hacer caligrafía medieval y, por supuesto, ver series y películas como si no hubiera un mañana. Eso sin contar con su famoso hilo de twitter “Diario de a bordo” y sus ganas de escribir biografías en tercera persona. Sigue leyendo «Conoce a Cándido Pérez, una entrevista de José Luis González»